El Parador ocupa un antiguo convento y castillo del siglo XII situado en la cima de la colina. Basamos nuestro concepto en su riqueza arquitectónica, con la que fusionamos espacios actuales. Actuamos en la recepción y en la cafetería aplicando el mismo concepto: recordar un espacio medieval pero moderno.
La arquitectura del mismo espacio ya nos aportaba los trazos medievales. Añadimos unas banderas textiles encima del mostrador y de la barra para enfatizar este ambiente. Por otro lado forramos el mostrador de melamina negra y colocamos en la cafetería mobiliario de carácter actual para fusionar estos dos ambientes.
En los salones cambiamos el mobiliario para aportar líneas más modernas. Utilizamos diferentes colores en cada salón, en el hall antes del restaurante nos centramos en el color piedra, de esta forma resaltamos el mosaico de la pared. En los dos salones restantes nos apoyamos en el dorado y el azul para realzar la elegancia.
En las habitaciones, apostamos por mobiliario de tonos claros y enfatizamos el color en los tapizados y textiles.
